La trayectoria de Pablo López Betancor, enólogo de Bodegas El Sitio, es una fascinante historia de vocación descubierta casi por azar. Aunque se formó en el mundo del vino de manera fortuita, la conexión con este arte parecía inherente: su bisabuelo ya poseía viñas y una bodega en el corazón de Ribera del Duero, en Valladolid. Sin embargo, el destino llevó a su padre a emigrar a Canarias, dejando atrás la vida rural.
Pablo, inicialmente orientado hacia la naturaleza a través de sus estudios de Ingeniería Forestal en Madrid, veía el vino únicamente como un pasatiempo. Todo cambió durante un año sabático en la capital, tras un primer curso universitario poco exitoso. Allí decidió inscribirse en un curso de vino en la Escuela y Museo de la Vid y del Vino de Madrid, una experiencia que lo transformó: “me enganchó por completo, y ahí empezó la historia”. Lo que comenzó como un hobby se consolidó en una profesión y una pasión que lo llevó a especializarse como elaborador de vinos de calidad en la Facultad de Enología de la Universidad de Burdeos.
Su camino se cruzó con Francisco González Yanes, propietario de Bodegas El Sitio, quien en 2011 comenzó a dar forma a su sueño de juventud: elaborar vinos de calidad con personalidad isleña en su tierra natal, Tenerife. Paco González conoció a Pablo mientras este trabajaba en Bodega Frontos y no dudó en proponerle un proyecto ambicioso: “crear una bodega desde cero, buscar un viñedo y elaborar vinos de calidad para la exportación”.
Pablo se sintió inmediatamente seducido por la idea de iniciar un proyecto desde sus cimientos. La libertad de seleccionar la parcela y tomar todas las decisiones técnicas desde el primer momento fue determinante para que se “enganchara” al proyecto tras conocer personalmente a Francisco. Hoy en día, esa visión es una realidad palpable, fruto del esfuerzo diario y del trabajo en equipo de un grupo de soñadores apasionados por su tierra, sus variedades y, sobre todo, por el vino.
En esta entrevista, Pablo López nos abre las puertas a su mundo, compartiendo su profunda conexión con el paisaje volcánico y atlántico de las islas, los valores de honestidad y sostenibilidad que guían cada paso de su labor enológica, así como los emocionantes proyectos que aún tiene por delante en Bodegas El Sitio.
Canary Wine (CW): Pablo, ¿Cómo se inició tu andadura en el mundo del vino?
Pablo López (PL): Mi historia con el vino comenzó a principios de los años 90. Me trasladé a Madrid para estudiar ingeniería forestal, y en aquel momento, el vino era solo una afición. Sin embargo, tras un primer curso poco exitoso, decidí tomarme un año sabático y me apunté a un curso de vino en la Escuela y Museo de la Vid y del Vino de Madrid. Me enganchó por completo, y ahí empezó todo.
CW: ¿Qué te trajo hasta Bodegas El Sitio y qué te motivó a quedarte?
PL: Mientras trabajaba en Bodega Frontos, apareció Paco González, primo de los propietarios de Frontos y distribuidor de sus vinos. Me propuso un proyecto ambicioso: crear una bodega desde cero, buscar un viñedo y elaborar vino de calidad enfocado en la exportación. La idea me sedujo porque me encanta iniciar proyectos desde sus cimientos. Además, Paco me dio total libertad para buscar la parcela y tomar todas las decisiones técnicas desde el primer momento, lo cual fue maravilloso. Después de conocerlo personalmente, me quedé.
CW: ¿Cómo influye el paisaje volcánico de las islas y el Atlántico en tu concepción del vino?
PL: La ubicación de la bodega, a 300 metros de altitud y con un balcón directo al mar, es clave. Sentimos constantemente la brisa marina interactuando con la viña. Esto se traduce en vinos que son frescos, alegres y fáciles de beber; eso es el Atlántico. La frescura que el Atlántico aporta, esa acidez característica que transmite a la fruta, es lo que busco embotellar para que la gente lo disfrute.
CW: ¿Qué parte del proceso de elaboración disfrutas más?
PL: ¡Uf! Es difícil elegir. Sinceramente, lo que más me ha gustado siempre es trabajar en la viña. Sin embargo, en los últimos años, con la complejidad que ha traído el cambio climático, las sequías y otros factores, estoy muy frustrado con el viñedo. Me da hasta miedo entrar, la situación es complicada.
A pesar de eso, el momento de la vendimia sigue siendo especial. Es cuando dices: «Bueno, hemos trabajado duro todo el año, ahora está en tus manos sacarlo adelante o… estropearlo».

CW: ¿Cómo integras la sostenibilidad en tu labor diaria en la bodega?
PL: La sostenibilidad es un concepto que uno lleva dentro. En mi día a día, en mi casa, somos muy cuidadosos con el derroche de agua y electricidad; tenemos paneles fotovoltaicos, baterías y reciclamos todo. Esa misma mentalidad la trasladamos a la bodega, porque aquí tenemos una bodega completamente sostenible.
Algunas de nuestras prácticas sostenibles incluyen:
Independencia energética: No estamos conectados a la red eléctrica; usamos energía fotovoltaica y baterías.
Gestión del agua: Contamos con nuestra propia depuradora para aguas grises y negras, y recuperamos todas las aguas pluviales (de techos, terrazas, etc.) para riego.
Cultivo y fertilización: No utilizamos herbicidas en el suelo. Tenemos nuestro propio cultivo de lombriz californiana, de la cual obtenemos lixiviado para abonar el suelo y tratar las plantas.
Convivencia con la fauna: Interactuamos con la fauna local, conscientes de que no podemos eliminarla, sino vivir en equilibrio con ella. Incluso les proporcionamos agua para que no dañen la viña. De hecho, desde que trabajamos aquí, la proliferación de aves como águilas, cernícalos, garcetas y garzas (depredadores naturales) ha ayudado a mantener un equilibrio en el entorno.
Todo esto se traduce en un vino que nace de una mentalidad de equilibrio, naturalidad y respeto.
CW: ¿Qué valores guían tu trabajo como enólogo?
PL: Principalmente, la honestidad. Creo que es fundamental, tanto en la vida como en el trabajo. Evitar artificios o añadir elementos extraños para que el vino sepa a lo que tiene que saber: a vino, a uva. Ser honesto contigo mismo y con la gente con la que trabajas, incluidos los viticultores que cuidan nuestros viñedos, incluso los arrendados.
CW: ¿Hay algún vino que consideres tu obra más personal y que lo haga especial?
PL: Aunque todos los vinos tienen su propia historia, el Forastera Blanco me llega más hondo por cuestiones personales. Lo elaboramos con uva Forastera 100% de la parcela del Llano, en Igualero, La Gomera. Quizás sea el vino que más me llena.
CW: ¿Estás trabajando actualmente en algún proyecto que te entusiasme especialmente dentro de la bodega?
PL: Sí, siempre hay cosas nuevas. Un reto que siempre he tenido en mente y que estamos preparando es la elaboración de vinos espumosos. No me gusta experimentar sin un buen fundamento, así que me he puesto en manos de un experto en espumosos para ver si podemos lograr nuestra primera elaboración.
CW: ¿Cuál es tu perspectiva sobre el papel actual de Canary Wine, tanto en los mercados internacionales como en el consumo local? ¿Y qué aspectos consideras más importantes para fortalecer su presencia?
PL: Es una pregunta compleja. Canary Wine no es solo una marca, sino un espacio que nos permite a muchos, que compartimos los mismos valores y formas de trabajar, ir de la mano. El equipo de Canary Wine destaca por su profesionalidad. Personalmente, soy bastante flojo en temas de redes sociales y marketing, y a veces no logro transmitir todo lo que debería. En este sentido, las herramientas que proporciona Canary Wine son inmensamente bienvenidas. Me refiero a todo el apoyo que nos dan para proyectar la bodega hacia afuera, como lo que estamos haciendo ahora. Sé que en otras denominaciones de origen esta ayuda no existe; no tienen tan clara la necesidad de proyectar su trabajo fuera. Aquí, esa ayuda está presente desde el minuto uno.
CW: Para finalizar, si tuvieras que resumir en una frase lo que el vino te ha regalado como persona, ¿cuál sería?
PL: No diría que me ha dado la vida, eso sería una exageración. Pero me ha permitido conocer a muy buena gente y, quizás algo más importante, conocerme a mí mismo a través del vino.
CW: ¡Genial! Muchas gracias, Pablo
PL: A ti.